Desde hace más de dos años, Guapetón XXVII, nacido el 21 de enero de 2016, galopa feliz entre los prados y bosques de Oxfordshire. Llegó a la familia de Irene Otero con la serenidad de quien siempre ha sabido encontrar su lugar en el mundo. Desde el primer día, se adaptó a su nuevo hogar como si hubiera nacido en él: un rincón de Inglaterra donde el verde nunca se acaba y el aire huele a hierba mojada.

Su mayor placer es salir al prado. Apenas se abre la puerta del cercado, se lanza a revolcarse en la hierba, cubriéndose de barro como si fuera su traje de fiesta. Es un caballo sociable, cariñoso, siempre buscando una mano amiga que lo acaricie o le rasque la frente. Le encanta estar rodeado de gente, en realidad, parece disfrutar más de la compañía humana que de la soledad del campo.

Cuando galopa con otros caballos en los prados, su fuerza y elegancia llenan el paisaje. Y, sin embargo, mantiene siempre una calma que lo hace especial. Guapetón XXVII corre con alegría, pero nunca con prisa; disfruta del viaje, pero sin perder el control. Con él, cada salida al campo es una aventura tranquila, segura y llena de belleza.

Ha participado en competiciones de doma en Oxfordshire, donde ha obtenido magníficos resultados y también ha probado el salto en un circuito de cross country, siempre con esa mezcla de valentía y nobleza que lo define.

Su propietaria, Irene Otero, dice que “su carácter, su belleza y su dulzura nos han hecho comprender por qué los caballos cartujanos tienen algo especial… tanto, que no pudimos resistirnos y acabamos comprando otro”.

Hoy, cuando el sol se esconde tras los robles del bosque, Guapetón XXVII sigue pastando tranquilo, dueño de su pequeño reino verde. En algún rincón de Oxfordshire, hay un caballo feliz que lleva en su mirada cartujana el alma de Andalucía